lunes, 27 de enero de 2014

Siempre, ¿vale?

Las despedidas para mí son lo más duro que puedes hacer en esta vida, ya sea de la manera que sea. Desprenderte de una persona la cual quieres, decir adiós, dejar de compartir tu vida con esa persona, no saber ni cómo está, si está riendo, si está llorando... Es algo muy duro, casi insuperable e incapaz de poder reemplazar ese hueco. Cada recuerdo que tengas junto a esa persona.
Dicen que lo que más duele es lo que va por dentro... y si en este caso las despedidas van por dentro, sigues sintiendo a la persona, sigues recordando cada momento. Pensar en que te puede olvidar, todo eso va por dentro, dolor del más fuerte, del que te apaga como una vela.
También depende el tiempo, pero tampoco importa mucho... una persona puede darte una vida entera en unos meses, como tú lo has hecho, mientras que otras personas no pudieron ni en años. Aún no me creo que tenga que decirte adiós. ¿Por qué la vida es tan hija de puta? Eh, tú, sí tú, ese que se hace llamar ''destino'', que sepas que nuestra amistad soportará esto, ¡y los km que sean! Vale, paro de decir cursiladas porque seguramente se te están cayendo las lágrimas y yo no quiero eso. Lo que yo quiero para ti es todo lo contrario. Deseo que te vaya todo demasiado bien, que seas feliz y que triunfes en la vida, ya que, como persona, ya lo has hecho, al menos para mí. Ay, conchu... ¡cuantísimo te voy a echar de menos! Ya me ha costado acostumbrarme a no tenerte en clase, a no verte por las mañanas con esa cara de 'mecagoenlaputaqueseacabeestamierdaya', con tus tonterías de las que tanto nos hemos reído, pero, sobre todo, de tu compañía. Paso de gastarme los dedos aquí diciéndote lo especial que fuiste, eres y serás para mí porque supongo que estarás cansada de oírlo o de leerlo. Solo que tengas en cuenta que aquí, ya sea en Trabanca Sardiñeira, en Carril, en Galicia o en la misma conchinchina, vas a tenerme para lo que sea. Paro de escribir porque odio llorar, aunque prefiero llorar a despedirme de ti para siempre...
Venía con la intención de darte las gracias por todo, por haber estado ahí siempre que lo he necesitado, por darme tu apoyo en los malos momentos y por acompañarme en los buenos. Por eso disfruta y aprovecha tus momentos con las personas que tienes a tu alrededor. Recuerda, ¡9940 km no podrán con nosotras!

PD: ¿Lo adivinas? ♥









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