martes, 3 de julio de 2012

F.

Yo también ignoré aquellas historias, tal vez magníficas, de personas separadas por la distancia. Creía que eso solo es un juego momentáneo, que eso es solo cosa de niños, que antes o después uno es capaz de ver la realidad, nadie está preparado para vivir lejos de quien ama. Creía que esos sentimientos no podían surgir, que era imposible. Hoy, me trago mis palabras. Existe, hoy estoy atada de pies y manos a un hombre que jamás pude tocar, ni ver más allá que detrás de una pantalla. Que jamás escuché su voz cerca de mi oído, su voz directa, sin pasar por aparatos tecnológicos. Pero sé, que este amor es tan real como el de todos los otros. Que nadie puede juzgar nuestra relación, porque hasta que no se vive lo que es, no se comprende. Pero les entiendo, pobres ignorantes, yo también tuve esa época. Ingenuos adolescentes creyendo que el amor está tan solo en el cara a cara, el mío esta por teléfono, le espero también cada día frente a la pantalla del ordenador. Es hermoso el saber que aunque no pueda tocarle, está ahí, en una ciudad pensándome. Enamorándose al mismo ritmo que yo.

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